BAJO EL SOL Y MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERAS
Desde las exuberantes selvas de Costa Rica hasta las montañas de Nepal, las doradas playas de República Dominicana y las alturas andinas de Perú… Mi camino me ha llevado a todos los rincones del mundo. Entre recibir viajeros, dar clases como voluntario y participar en diversas misiones, cada experiencia ha nutrido mi alma, inspirado mis novelas y moldeado la vida libre que elijo cada día. ✨
Bajo el sol de Costa Rica
En 2015, lo dejé todo: trabajo, apartamento, seguridad... para seguir la llamada del sol. Me fui a Costa Rica, donde había comprado una casa en plena selva por internet, sin haberla visitado y sin siquiera haber pisado este pequeño y cálido país. 😅
Así nació la famosa Casa de Marilyn: un pequeño paraíso tropical donde, durante varios años, recibí a viajeros y lectores de todo el mundo. Entre dos llegadas, escribí, viví y saboreé esta nueva libertad. Cada día me acercaba un poco más a quien realmente era. ✨
Cuando terminó el ciclo, vendí la Casa, guardé mis sábanas de anfitriona y me puse en camino con mi fiel compañero de cuatro patas, Monsieur. Con el corazón abierto, lista para la siguiente aventura. 🙏🏼
Después de la Casa, el aliento de otro lugar
Así, con mi fiel compañero, viajé por Costa Rica durante varios meses, saboreando cada momento de nuestra vida nómada.
Un viaje a Quebec marcó un paso importante… y doloroso: fue allí donde tuve que despedirme de él. 😢
Con el corazón apesadumbrado, tomé el avión sola, como estaba previsto, hacia Italia, donde teníamos pensado instalarnos.
Luego, a través de encuentros y entusiasmo, el camino me llevó a Suiza, Francia… y, un poco más tarde, a las montañas de Nepal.
Voluntariado y misiones en el extranjero
Mucho antes de mis grandes aventuras tropicales, mientras aún estaba en la universidad, volé por primera vez para trabajar como camarera en Inglaterra. Este primer paso fuera de mi zona de confort sembró la semilla de lo que se convertiría en una vida de exploración y encuentros.
Nepal 🇳🇵
Después de Europa, mi viaje me llevó a Nepal. Allí, me ofrecí como voluntaria para enseñar inglés durante tres meses en una pequeña escuela de un pueblo. Más allá de las palabras y las lecciones, fue el tiempo y el amor que les dediqué a estos niños lo que más me impresionó.
En este tipo de experiencia, el valor humano va mucho más allá de aprender un idioma. Las sonrisas, los juegos, la apertura a las diferencias... tanto para ellos como para mí.
Hawái 🇺🇸
Tras las montañas de Nepal, Maui se suponía que sería un interludio tranquilo... pero enseguida, el ambiente se volvió sofocante. Para respirar, me refugié en un banco frente al mar —mi única vía de escape— sin saber que esta parada se convertiría en el punto de partida de Lost on Maui.
República Dominicana 🇩🇴
Luego, con la Fundación Juventud para el Desarrollo Sostenible , acompañé a varios grupos de voluntarios, a menudo formados por mis lectores, que vinieron a enseñar y a vivir su propia inmersión.
Mi papel: facilitarles la experiencia, traducir, explicarles la realidad local, aliviarles el choque cultural… y, a veces, echar una mano en clase, como en esta foto.
Auténticos momentos de compartir que nos enriquecieron a todos.
Perú 🇵🇪
Tras mi regreso a Quebec , donde nació Déesse des mal-aimés , entre otros, el viento me llevó a Perú, donde asumí la gestión de un albergue enclavado en las montañas, en plena naturaleza. Una vida cotidiana marcada por la logística, la acogida de viajeros y esta profunda inmersión en un entorno tan salvaje como inspirador. Aprendí paciencia, adaptabilidad... y el arte de vivir según lo inesperado.
Colombia 🇨🇴
Finalmente, Colombia me dio la bienvenida para una nueva misión: enseñar yoga en Minca, en plena selva. Tras esta enriquecedora experiencia, emprendí el viaje una y otra vez... hasta que me instalé cerca del mar, donde ahora persigo mis proyectos de escritura, mis sueños... y esta vida libre que me labro día a día.
Lo que estas experiencias me enseñaron...
Viajar así, a veces con las manos vacías pero con el corazón abierto, me enseñó lo esencial: escuchar, observar y maravillarme. ✨ Descubrí que la apertura a los demás transforma tanto al receptor como al dador. Las sonrisas de los niños en Nepal, las conversaciones junto al mar en República Dominicana, las mañanas tranquilas en la selva de Costa Rica, los senderos de Perú o la luz de Colombia… cada momento ha dejado una huella en mí.
Estos encuentros y estos paisajes nutren mis novelas, ya sean Perdido en Maui , Nómada o Ilusión , por nombrar solo algunos. Detrás de cada página se esconde un trocito de estas vidas cruzadas, estas tierras pisoteadas y esta libertad que tanto aprecio.
Y la aventura continúa…
Estos años viajando por el mundo, perdiéndome para encontrarme mejor, no son solo un capítulo pasado de mi vida. Son el hilo conductor de todo lo que creo hoy. Cada nuevo país, cada rostro que encuentro, cada amanecer nutre esta búsqueda de libertad y autenticidad. Y mientras el viento me llame a otro lugar, seguiré este camino… con la mochila, el cuaderno y el corazón abierto.
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