¿Qué pasaría si un simple banco del parque se convirtiera en tu único refugio en un viaje de naufragio? Una aventura única e impresionante bajo el engañoso sol de Maui.

 Hace varios meses, tras un intenso periodo de escritura en Italia… Mientras aún rebosaba de ideas e inspiración, ¡se me ocurrió una idea loca y divertida para un futuro libro! Una especie de experimento: planeaba pasar los días enteros en un banco del parque. ¡El mismo! Por un tiempo. Unas semanas. Unos meses. Un año. ¡Quién sabe! Y observar. Ver qué saldría de ello: las historias, la inspiración… Descubrir lo que también podría presenciar al contemplar las vidas de los demás y la vida, punto. Una idea que simplemente había anotado… Luego, olvidarla y volver a mis escritos y a mi vida cotidiana.
 Unos meses después, finalmente aterricé en Hawái, en Maui para ser exactos. Una pareja de casi desconocidos me había invitado. Y bueno, como había estado viajando desde que salí de Costa Rica, vagando de un lado a otro, dejándome llevar por el viento y viviendo con mis maletas, simplemente acepté la invitación. Sin embargo, desde el principio de esta estancia, que duraría un mes entero, sentí la necesidad de refugiarme, solo, de la vida cotidiana que compartía con esta pareja de jubilados apasionados. Sin darle muchas vueltas a esta vieja idea, desde el primer día de mi viaje, con naturalidad, adopté un banco del parque, frente al mar, un banco donde escapar. Una excusa para simplemente salir de casa. ¡Un lugar secreto para mí!

 Y… Día a día, la situación en el condominio de los desconocidos se desmoronaba… Después de poco menos de dos semanas, la necesidad urgente de abandonar esos lugares empezó a apoderarse de mí. Intensamente. Hasta el punto de abrumarme por completo. Ya no podía fingir. Ya no podía quedarme. Soportar. Sufrir. Tenía que abandonar este lugar. Huir… ¡Antes de que fuera demasiado tarde!

 En esta novela, inspirada en gran medida en mi viaje a Hawaii, encontraréis, en primer lugar, los tranquilos sueños de estos diez días de singular experimentación, y, en segundo lugar, la realidad y la continuación de este viaje inusual que viví bajo el ardiente sol de Maui.

 En el menú: experimentación, observaciones, sol, playas, cristales, gurús, sectas, demonios, estrés, miedo, gente sexualmente depravada y pervertida, sexo, amistad, drogas, alcohol... ¡La isla de Maui definitivamente me iba a mostrar todos los colores!